viernes, 8 de junio de 2012

“ NUNCA LES PREOCUPE EL HECHO DE EQUIVOCARSE: PREOCUPENSE DE APRENDER DEL ERROR”


Si, si, lo sé: admito que escribir esto en los momentos actuales puede parecer poco correcto o poco menos que suicida, pero que quieren que haga, hay días en que uno se levanta con la profesión de sufridor incorporada a cuestas…

La frase que he escrito en mayúsculas no es de un servidor, sino que la escuché de boca de uno de mis maestros en Medicina Interna, cuando estudiaba mi cuarto año de carrera.  Nos había ingresado un paciente con unas extrañas pérdidas de memoria, el cual, tras múltiples discusiones entre diversos miembros del equipo, fue etiquetado de un problema de riego cerebral. El caso es que el hombre siguió presentando más episodios hasta tal punto que obligó a plantear entre los diversos médicos la posibilidad de que, en verdad, el problema se debiera a otra causa…a pesar de que todo era normal, se decidió poner un tratamiento para epilepsia y el enfermo  en cuestión nunca más tuvo problema alguno. Cuando el paciente salió de la consulta en la última revisión, mi maestro (esos que te cuentan lo que no viene en los libros) me soltó la frase que da título a estas líneas.

Por eso, en estos días, cuando ya han pasado más de quince años  desde aquello (con unos cuantos kilos de más y un bastante menos de pelo) no puedo evitar sonreirme cuando veo la cara de los pacientes en consulta y se sorprenden cuando les digo que no me preocupa que un compañero no haya acertado en el diagnóstico o en un tratamiento concreto…porque he aprendido que esto de la Medicina no es una ciencia, sino un arte tremendamente complejo, donde una persona tiene que interpretar lo que otra le cuenta, sabiendo que los mismos síntomas que Fulanita detalla con todo lujo de detalles se pueden deber a otro problema diferente al de Mengano, ¡aun contando lo mismo!. Vamos, que aquello de que a igualdad de condiciones de Temperatura, humedad y presión ambiental, el organismo hace simplemente lo que le da la gana es más cierto que el Sistema Solar…por todo ello, cada vez que acabo de ver a un paciente, siempre pienso una coletilla que dice “…y si las cosas no van bien, debieramos explorar estas otras opciones”. En resumen, se trata de admitir que, si bien es mucho lo que conocemos y lo que hemos aprendido en todos estos años, es mucho más grande lo que queda por conocer, y es admitiendo nuestra parcial ignorancia como podremos avanzar en el conocimiento de las enfermedades que afectan al ser humano…

Por desgracia, solos no podemos lograrlo: necesitamos el apoyo de los que manejan los recursos y la paciencia y comprensión de aquellos a los que van dirigidas nuestra atención. Solamente trabajando juntos en el mismo sentido lograremos llegar abuen puerto…está en nosotros.

Dr. Ángel Fernández

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